21.4.06


hace casi dos años,
estaba escribiendo ésto
en una casa que miraba el atlántico,
pero del otro lado.
había soñado un sueño de esos que
son capaces de hacerte creer que algo va a pasar.

anoche también soñé,
y soñé feo.
a meine siam, mi gemela, y a mí,
nos iban a matar
apuntándonos a la cara,
unos militares ,
casi casi en la puerta de nuestra
casa.
yo le decía al milico que no, que éramos vecinas...
como si ese fuera un título importante,
vecinas, y recuerdo que la luz del farol de la calle
dio en mis ojos cuando lo dije,

-y me los volvió agua,
verdes de agua-,
como para buscar la mirada del otro,
como decía zeta, para seducir,
para que nos perdone
la vida.
eduardo, un amigo que nos acompañaba,
se puso a hablar por su móvil ultrasofisticado
que trajo el otro día,

yo me apuré a tocar el timbre,
no sea cosa que nos maten sin que nadie de entere,
bajaron rápidos mi tía darinka y mi hermano
dany, -no vivía en munich?
llevaba puesto el mismo gorro de lana que usa
baltasar en estos días.

valdi estaba blanco como nunca lo había visto,

también él era víctima perseguida,
el milico bajó su metralla,
y yo desperté.

hoy tengo cita con mi psicólogo,
va a estar buena.
llevo algunos kleenex
y un poncho abrigado

para poder resistir el frío
que me queda

cuando me voy del consultorio.
mar del plata, fines de abril de 2006

Prozac.
Bendito y poderoso.
Hoy sonó mágico en los labios de la doctora Perdomo,

Dolores Perdomo,
-Alivios Perdomo-, ironizó Baltasar-.
Rita y su muleta. Tito y su tristeza.
Valdi y su eterno viaje a Barcelona.
Casi otra amenaza, aunque él no lo sabe.


Prozac, contra “lelas”,
Contra la idiotez humana.
como escudo contra los males de este mundo.
Llega el Prozac a mi vida, mañana cuatro de mayo.
¿Que será de mí?

Ayer había un sueño muy feo en mi “pensiero”.


Ale, mi siam, ale meine zwilinge,

con los ojos abiertos decía:
-No quiero estar en la cama 9184,
esto es muy importante-,

casi una clave.

Yo tengo un número en el camisón comparado en el mercadillo de Macher.
Un camisón amplio, de gorda, amplio, de enferma mental amplia.


La vida quizá sea el desespero de la mirada de Ale
-No quiero estar en una cama 9184,
Esto es muy importante-.

Ale se movía en mi sueño,
O yo lo creía así,
Una cama,
Un hospital,
Un camisón.
Y el Prozac.


Lanzarote, 3 de mayo de 2004.
la foto, es de unos yemeníes, a punto de llegar a su casa, retratados por marcelo pedroza.

2 comentarios:

Alumnedelmon dijo...

Un post inquietante. Me alegra saber que compartimos terapia (bueno, cada uno la suya). La medicación siempre me ha dado mucho respeto, aunque sé que a veces es necesaria.

Y la historia de tu sueño... No sé, me ha dejado sin palabras. Pero lleno de imágenes y con ganas de darte un abrazo. Te lo doy igualmente. Te lo mando por UPS, mañana sin falta te llega. Vigila cuando abras la caja, que sale enseguida y aprieta

;)

Diana Laurencich dijo...

qué lindo abrazo zeta, viste mi sonrisa?
y la terapia viste cómo es...arranqué para otro lado y el sueño para otro ocasión.
besote,ahí va!