3.5.06

del gringo es la foto y del gringo esel escrito.
del gringo son también algunas bellas cosas que todavía conservo.
un pez de alambre, que vi reproducido tres veces, y carísimo en una revista de decoraciones.
dos fotos en blanco y negro, una riéndonos los dos, (me llamaba compañera), y en la otra él travestido, espléndido, con plumas y todo.
las dos me divierten, las dos me recuerdan a nuestros años mozos, como dicen los viejos.
también tengo recuerdos de esos que quedan en la memoria.
de chile, santiago y sus restaurantes, donde comíamos los cuatro, él, dina, valdi y yo.
el gringo, fabio crisanti, ahora en colonia del sacramento, uruguay, contándome ésto.
también mi perfume es el desierto.

El repartidor de pizzas me habla de
constructivismo ruso.
El gomero que vive frente al
cementerio se llama Fascina. Trabaja
hasta los domingos resucitando
cámaras para que no se detenga la
rueda eterna de la vida.
No se deja fascinar por la muerte, tiene
el pelo blanco y unos bigotes negros
gruesos.


Colonia del Sacramento cuenta la

historia de un lugar, como muchos otros,
donde las historias se repiten, pero,
donde la evasión es imposible.


Hago fotos en esta ciudad.

Encuentro símbolos.
Todo, siempre, es símbolo.


Voy a "El Calabrés" (una playa) estos días.

Es linda, tiene un muelle abandonado
por donde se sacaba la arena para construir Buenos Aires.
También es salvaje.
Entonces está buena.
Hay una boya grande sobre la arena
a unos cientos de metros del muelle.
Cuando vas dice "putos del año"
y cuando volvés "cojan"
en sintético blanco.


Pero yo fui a tomar huellas en la arena.

Perdí un pullover de lana de vicuña
que me trajo mi hermano de Bolivia.


Entonces vuelvo, detrás de lo perdido

y su huellas.
O de lo encontrado y su rastro.

La arena acá es blanca, y el río marrón.

Mi perfume es el desierto.

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