8.10.05



"Hoy termina mi segundo mes de mar.
De las tinieblas me llegan
los guiños de un faro.




Destello... siete segundos de oscuridad.
Destello... siete segundos de oscuridad.
Destello... siete segundos de oscuridad.




Es el cabo de Machichaco.
Cuando amanezca veré montañas.
La tierra está ahí..."(1)



Con esta esperanza, con esta bella imágen,
acaba Julio Villar, el navegante solitario, el relato

de lo que fuera su travesía de 38.000 millas marinas,
a bordo del
ligero Mistral.

Ese podría ser el pensamiento de cualquier subsahariano,
a bordo de una patera, al acercarse a la costa,
después de meses de dejar a los suyos
en busca de la "europa" mágica y opulenta,
que le mostraron los televisores,
dónde el sueño de
un futuro con trabajo y comida se haga realidad.

Pero la pesadilla acaba de empezar.
Esa tierra, esa "europa", los rechaza,
en nombre de legalidades absurdas.

Los devuelve al infierno, les cierra la
puerta de la " civilización" y los condena
a no tener futuro, ni dignidad, ni siquiera agua.

Una valla cada vez más alta, cierra hoy la frontera.
Pedazos de cuerpos rotos y enganchados en las púas
abonan la franja de una vergüenza más.

es bueno recordar,
es bueno...

En el 2003 , unas semanas antes
que el buque rumano Constanza,
en misión de paz ,
surcara las aguas del Mar de Libia,
unos 250 inmigrantes saharahuis
murieron en un buque queriendo llegar
a la costa europea.

El homenaje desde el Constanza,
lo cuenta Emilio Garrido, en su libro
la bañera de Ulises:

"Llegasteis desde muy lejos para alfombrar nuestro mar.
Sois nuestros invitados.
Hermanos venidos en un barco sin nombre.

Vosotros habéis llegado desde África para alfombrar nuestro mar.

Con vuestros cuerpos.
Con lo único que os quedaba en la vida.

Nos habéis dado todo.

Sois nuestros invitados, hermanos anónimos.
Venid.
Entrad en nuestras conciencias.
Estáis en casa.

Tomad nuestras flores,
nuestras palabras,
nuestras músicas. Ponéoslas.

¡Os sientan tan bien!

que ellas os alimenten durante la travesía.

Que los delfines acompañen vuestro silencio.

Y las sirenas velen vuestro sueño.

Nosotros os inventaremos nombres.
E imaginaremos vuestras sonrisas.

Y pasearemos una y otra vez sobre esta alfombra regalada.

para que el mundo que pretendíais alcanzar
se hunda en su propia
vergüenza.
¡Salud, hermanos de negritud!

¡salud, hermanos de soledad!
¡salud, hermanos de nuestro mar!


Ha sido una noche extraña. El Constanza detenido en el mar. Los marinos en formación. Una plegaria en la oscuridad.La música en honor de los ahogados. El poema recitado en seis idiomas. Los delfines volando hacia el cielo. Y las antorchas iluminando el mar, un instante, una fugacidad, un espejismo, la boya que los náufragos no alcanzaron, el muelle al que no arribaron, el faro que no les alumbró..."

Ha corrido mucha agua desde entonces,
muchos peces se han alimentado de esos cuerpos,
y la situación ha empeorado,
no son ellos hoy los que tienen miedo y se hunden
porque no saben nadar,
somos nosotros los que los llevamos en avión, bus y barco
hasta el peor destierro
el destierro en el desierto
lejos del agua,
para que ya no puedan regresar nunca más.


"Los primeros días , luché. Sufriendo mucho.
Los demás, sufrí. Simplemente. Profundamente."(2)



(1) y (2) Extractos de ¡Eh! Petrel cuaderno de un navegante solitario.
de Julio Villar. Editorial Juventud.

Para más info sobre este tema visitar la página de médicos sin frontera
http://www.msf.es/noticias/noticias_basicas/2005/MarruecosMSFlocalizaaunabolsademsde500inmigrantes.asp

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tendré que cambiar el boceto del tapiz en el que estoy trabajando. Me había
quedado en las pateras, los ahogados, los que llegan exhaustos para ser
devueltos.... Tendré que cambiarlo para incluir a aquellos que escalan, como
los que escalan en la torre, los que se van cayendo, a un u otro lado, los
que consiguen llegar..... para ser devueltos.

Qué tristeza más grande y qué verguenza para este primer mundo ¿primero en
qué? ¿En ignorancia? ¿En indiferencia?

Anónimo dijo...

"Nosotros no creíamos que se pudiera sufrir tanto. Son seis amigos que han muerto y dejan familias rotas en sus países. Además, cuando creíamos que por fin estábamos a salvo, nos enteramos que comienzan las expulsiones de España a Marruecos, un país donde hemos sufrido mucho", explicó a Clarín un inmigrante que no podía contener sus lágrimas.

Esto me provoca ira... Y también me parte el alma...
En cada rincón del mundo tantas son las personas que buscan SU CASA. Los que huyen, los que la perdieron, los que nunca la tuvieron, los que quieren una nueva vida...Los que quieren volver a casa.

Anónimo dijo...

Cuánta tristeza ! nos hiere el alma, donde no había fronteras cada vez son más altas, qué dirá nuestro Creador de todo esto?

Gus Nielsen dijo...

¿El dibujo es tuyo, Diana?
Es bellísimo.

Diana Laurencich dijo...

sí, gus es mío,¡gracias!

Anónimo dijo...

diana, muy bueno tu blog, la pintura me encanto. besos....