20.2.06

el papel que no queremos

Hoy, no hay imágenes,
hay un fondo negro sin vida.

Recibí ésto por correo.

Para los que no están al tanto,
Uruguay y Argentina están en
litigio por la instalación de una
papelera que contaminaría gran parte de
nuestro continente.

Es un problema muy grave,
que , como siempre,
no se ven sus consecuencias,
hasta que algún director de cine
hace una película.

La que sigue es la carta
de una uruguaya
Médica Veterinaria,
Maria Carolina Grosso,
del Dpto.de Anatomía Animal de la
U.N.R.C.

No me paga el Gobierno de Entre Ríos(Argentina), ni me inspira
una actitud opositora al Gobierno oriental(uruguayo)
votado por la mayoría de nosotros.
Tampoco escribo con algún
reproche hacia los que aceptan trabajar para una
industria contaminante cuando se los obliga a elegir
entre la expansión del cáncer dentro de diez años o el
hambre hoy. Ellos son las víctimas, no los
responsables.
Simplemente escribo esto porque sé que
lo que va a ocurrir en Fray Bentos es una tragedia sin
precedentes para todos nosotros; que aumentará además
la extranjerización de la tierra y seguirá expulsando
a la gente del campo. Caminé por muchos lados y sé de
lo que hablo.

Soy abuela, por eso no debo callar. Además no hacen
falta en el mundo más fábricas de papel. De cada diez
bobinas de papel que se producen en el mundo, una se
utiliza para impresión de libros, cuadernos, folletos,
diarios, recibos, facturas, papel higiénico, papel de
uso sanitario y clínico, etc, y nueve para embalaje
lujoso de artículos innecesarios que se consumen
principalmente en las grandes ciudades del Norte.
Estadísticamente, un ciudadano norteamericano consume
cien veces más papel que un uruguayo, pero no lee cien
veces más.
Cada papel grueso, con rebordes dorados y
relieves en colores que rodea un regalito suntuario en
Oslo o Copenhague, tiene una lágrima de una mamá del
tercer mundo cuyo hijo contrajo leucemia por los
venenos de las plantas de celulosa. Hay tres
tecnologías para separar la celulosa de la lignina en
la madera: a) con cloro elemental. Es la más nociva,
existe en varios países inclusive en la Argentina,
pero las fábricas que lo emplean son de dimensiones
relativamente pequeñas.
b) con dióxido de cloro (tecnología ECF) como la que
va a instalar Botnia en Fray Bentos.
Es 20% menos contaminante,
pero la de Fray Bentos será
la más grande de América y por ello contaminará a una
escala pavorosa.
c) Libre de todo tipo de cloro (tecnología TCF) que es
la más cara y la única con niveles bajos de
contaminación.

La fábrica de Botnia en Fray Bentos es un crimen de
lesa humanidad contra la población uruguaya y
entrerriana porque: Toma diariamente del Río Uruguay
el mismo volumen de agua que todas las ciudades
costeras vertiendo al río diariamente ese mismo
volumen contaminado y a altas temperaturas. Los
niveles de contaminación son acumulativos y los
sensores para captar impactos ambientales tempranos no
existen en la región (los impactos ambientales
irreversibles los va a captar la población antes que
la DINMA). Después los 'científicos' a sueldo dirán lo
mismo que dicen hoy sobre los agroquímicos en el
rancherío de Las Láminas de Bella Unión:
'no hay pruebas de que Botnia sea causante del elevado
aumento del cáncer infantil'.
Botnia liquida Las Cañas, Mbopicuá y toda posibilidad
de turismo en la zona así como la pesca artesanal que
es fuente de trabajo de cientos de compatriotas.
Botnia generará olores nauseabundos permanentes,
lluvias ácidas que liquidarán la agricultura y la
apicultura después los excedentes contaminantes no
declarados 'caerán accidentalmente' en el río (ya
Están preparados los titulares de los diarios, ¡lo han
hecho tantas veces!):
tragedia ambiental en el Río Uruguay: las empresas y
el gobierno reciben asistencia internacional para
mitigar sus impactos: expertos Finlandia y los Estados
Unidos llegaron esta mañana'. Pero estamos hablando de
un monstruo de ochenta manzanas de extensión; la
cantidad de monocultivos, de eucaliptos sembrados
alcanza apenas para dos años de su consumo, y la vida
útil de sus instalaciones según dice Faroppa es de 50
años. Así que una de dos: o se aumenta el área ya
invadida de monocultivos (con su secuela de sequía,
agroquímicos cancerígenos y trabajo esclavo) o se
resiembra con venenos aún más potentes y eucaliptos
genéticamente modificados para aguantar las nuevas
dosis.
Botnia ayudará a matar el paisaje gaucho de la pradera
y las posibilidades de un turismo natural. El agua
potable desaparecerá del todo (ya está desapareciendo
de las zonas forestadas); y con el Río Uruguay

contaminado, habrá que traer camiones cisternas de
Tacuarembó con agua potable mientras allá aguanten.
E
l pronóstico social es tan claro como el ambiental:
dos años de bonanza por los puestos en la construcción
(eso reactiva temporalmente toda la economía local),
un brusco descenso del trabajo al tercer año, pero ya
para entonces tras la plata dulce llegó la
delincuencia
De la región a instalarse, y después la desesperanza y
la violencia entre cloacas malolientes. El convenio
marco que firmó el Gobierno del Dr Batlle con
Finlandia que sigue vigente compromete al Estado
uruguayo

a resarcir al capital privado finlandés por
cualquier alteración de las condiciones sociales o
legales que perjudiquen el lucro esperado por dicho
capital. Si le quisiera frenar la expansión del

monocultivo, (o sea, si cambiaran las actuales
directivas del Gobierno que siguen autorizando la
extranjerización de la tierra) habrá que pagar el
'lucro cesante' de Botnia.

Tomemos conciencia.
Anotemos cifras.
Decidamos hacer algo por la vida.




2 comentarios:

Alumnedelmon dijo...

Espeluznante. Una muestra más de que el hombre debe cambiar su visión de la vida. O la vida prescindirá del hombre.

Sé cómo funcionan los medios de comunicación: espero que tengan alguno allí que sea digno y honesto y lo publique. Aquí de honestos ya no quedan...

Diana Laurencich dijo...

sí...lo peor es que cuando hagamos algo quizá ya sea tarde, como en muchas zonas del plantea, no?