13.12.05



y se amaron los dos,

suspendidos sobre un hilo de nieve.



-Yuko, no serás nunca un poeta completo hasta
que integres en tu escritura las nociones de pintura,
de caligrafía, de música y de danza. Y sobre todo,
hasta que domines el arte del funambulismo.

Yuko sonrió. El maestro no lo había olvidado.
-Para qué puede servirme el arte del funambulismo?

Soseki posó una mano en el hombro del joven,
como hiciera un mes atrás.
-¿Para qué? En realidad, el poeta, el auténtico poeta,
posee el arte del funambulismo. Escribir significa
avanzar palabra tras palabra por un hilo de belleza,
el hilo de un poema, de una obra, de una historia
estampada en un papel de seda. Escribir, significa
avanzar paso a paso, página tras página, por el camino
del libro. Lo más difícil no es elevarse del suelo
y mantenerse en equilibrio, ayudado por el balancín de la pluma,
sobre el hilo del lenguaje.
Tampoco significa caminar hacia adelante
por una línea continua interrumpida por vértigos
tan furtivos como la caída de una coma o el obstáculo
de un punto, es permanecer constantemente en ese hilo
que es la escritura, vivir cada momento
de su vida a la altura del sueño, no bajar nunca,
ni siquiera un instante, de la cuerda de su imaginación.
En realidad, lo más difícil es convertirse
en un funámbulo de la plabra.


Nieve , de maxence fermine, editorial anagrama, barcelona.

1 comentario:

Diana Laurencich dijo...

esos nenes son nenas, tu mamá y yo
a los tres años.
un beso